lunes, 10 de septiembre de 2012

Entre estrellas y lunas



Entre estrellas y lunas

Llegado el día de la cena donde una pareja tomaría una decisión sin saberlo tras 3 años de relación, los sentimientos aun eran confusos unas horas antes de la cita, y aunque fueran confusos, los dos ya sabían cuál era el rumbo que querían tomar.

Unos meses antes de la cita, la pareja hablaba de su futuro, pues los dos se sentían cómodos, contentos y sentían que no podían estar separados por un solo instante, y fue en esa conversación donde los dos se encontraron entre la espada y la pared, pues los intereses y los planes de vida de los dos se encontraron con la vista en diferentes puntos. Él por su parte, quería pasar el resto de su vida con ella, pero la idea de que la relación rindiera frutos con un hijo, no era opción para él. Ella por otro lado, sabía que él era el amor de su vida, y que la mejor forma de proyectarlo era trayendo a la vida el fruto de su amor, un hijo.

Se quedaron de ver en el restaurante que siempre iban en ocasiones especiales, se encontraron de frente y el saludo fue torpe pues los dos se encontraban con las palpitaciones a su máxima velocidad, el transcurso de su cita fue callado, no hablaban mucho, y menos se volteaban a ver, parecía una cita con los platillos del lugar, un funeral.

Fue en un instante donde él se paró, la agarró la mano y salieron del lugar, sin transacciones ni alborotos, nadie se dio cuenta de la salida pues nadie se había percatado que seguían ahí.

Se fueron hasta el techo de la casa donde vivían, y tan espontáneo era el momento como las pocas gotas que empezaron a caer del cielo, y fue ahí donde él empezó sacar las primeras palabras de la noche.

-Sé qué me vas a decir hoy, quieres seguir tu camino sin mi, pues es unos de tus sueños el tener una familia, y vienes a decirme adiós, pero antes quiero mostrarte las estrellas. Estas estrellas son mis más grandes sueños en la vida.-

Señalando cada estrella dijo –Esa representa mi casa, esa es la venta de mis obras, esa es mi recorrido por el mundo-, y siguió hasta señalar la luna, -La luna eres tú, la que más brilla en mi vida, y sin ella mi cielo se vería vacío, es por eso que quiero compartir mis sueños contigo, y que traigas tus estrellas a este cielo, seamos dueños e inventores de este conjunto de estrellas y lunas.

Él se hincó y le entregó el anillo que ella ocuparía toda su vida.